Utilizando los colores para buscar el equilibrio del ser humano y la armonía en su salud, la cromoterapia desarrolla principios que tienen origen en el antiguo Egipto y en Grecia, aunque también es utilizada en la medicina ayurvédica de la India.
Según explican los expertos en esta disciplina, los siete colores utilizados (rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta) se corresponden con los siete chakras principales, que forman parte de la constitución energética básica del ser humano. Si estos chakras están equilibrados sin que exista supremacía o falta de energía en alguno de ellos, el ser humano se encuentra en armonía física, emocional, mental y espiritual.
En este sentido, cada uno de los 7 colores utilizados en cromoterapia poseen determinadas indicaciones, que sólo deben considerarse bajo el tratamiento del profesional indicado.
Rojo: se aplica en casos de apatía o desgano, enfermedades hematológicas y obesidad.
Naranja: sería eficaz en enfermedades bronquiales y ováricas.
Amarillo: tiene poderes cicatrizantes en problemas de piel. Y también se utiliza para problemas de aprendizaje.
Verde:se aconseja como bactericida, como vasodilatador y para atacar la gripe.
Azul: los especialistas lo suelen indicar en casos de hipertensión, enfermedades de la garganta e infecciones.
Indigo: según se sostiene, es anestésico y posee propiedades benéficas para el glaucoma, las hemorragias nasales, las cataratas y el insomnio.
Violeta: suele aplicarse para casos de trastornos psicológicos.